Los 120 días de Sodoma o La escuela del libertinaje, fue un libro escrito por Donatien Alphonse François de Sade, mejor conocido como el Marqués de Sade, quien fue un filósofo y escritor francés reconocido por sus pensamientos radicales, delimitación de la razón y la existencia, críticas a las religiones, libertinaje, su igualdad entre seres, entre otras más.
El libro es el resultado de una serie de acontecimientos que reflejan
la sociedad de aquel entonces, teniendo la constante pelea entre lo permitido y
lo moralmente satanizado, pues los libertinos seguían una regla primordial para
Sade: cada individuo debe hacer lo que le plazca, nadie tiene otra ley más que
la de su placer.
Dentro del escrito, se describen con lujo de detalle las diferentes
pasiones —o perversiones si lo quieres ver así— que han sido ideadas y llevadas
a la práctica por diferentes personas, estas son divididas en simples,
complejas, criminales y asesinas, en las que se hace mención de diferentes
filias (pedofilia, zoofilia, necrofilia, coprofilia, por mencionar algunas),
actos de canibalismo, seducción, incesto, actos de herejía, mutilaciones, torturas, situaciones que en ocasiones
superan lo bizarro y en otras caen en lo gracioso pero siempre justificadas
desde el punto más oscuro que el autor le da a la razón.
El libro fue transformado en un explícito filme a manos de Pier Paolo
Pasolini, curiosamente este último después de haber rodado la película, fue
encontrado boca abajo, con un brazo ensangrentado y el otro escondido bajo su
cuerpo, con el cabello lleno de sangre, la cara completamente desfigurada y
desgarrada; tenia moretones por todo el cuerpo, rasguños, heridas en el hombro
y torax, con la mandíbula fracturada, orejas cortadas por la mitad, huellas de
neumáticos, desgarre en el cuello, hígado desgarrado y su corazón hecho trizas.
¿Acto de oposición al filme o una pasión consumada?
Este libro cuenta con muchos actos que tal vez nunca creíste que fueran
posibles, te harán sentir en ocasiones incomodo, con odio, asqueado, deprimido,
frustrado o tal vez llegues a experimentar excitación, deseo, lujuria, interés
y gusto por lo que en esas páginas leas. Sin duda este libro es un manual y
enciclopedia para los gustos peculiares de cada uno de nosotros, pero antes de
decir “Yo quiero ser el verdugo” imagínate en el papel de la víctima y evalúa
hasta qué punto llegarías por satisfacer tus más recónditas pasiones.